Allá por el mes de febrero del 2004, el ex intendente de Pozo del Molle, Carlos Salvático, soñaba con devolverle a su localidad algo del prestigio que supo tener con el carnaval de su pueblo, era el año del centenario, nacido un 8 de septiembre de 1904, aunque algunos citan su piedra basal y con mucho fundamento el 4 de abril del mismo año, pero en sí querían vivir todo ese año de una manera especial.
El prestigioso carnaval llevó un tiempo dormido, es que para que todo sea posible, se necesita del movimiento de la gente, comisiones, instituciones, el nombre y los recuerdos de “Malibú Camba” con Omar Baudino aún seguían volando por los aires, pero era tiempo de que alguien se hiciera cargo y se empezara a vivir un tiempo presente, porque los recuerdos son lindos, pero sin acción la vida no avanza jamás.
En aquel 2004, fueron los barrios y no las instituciones las que realizaron las carrozas, el barrio “Capilla” se coronaría vencedor y la reina sería Macarena Galfione de Los Zorros que representó al barrio “Centro”, quien sucedería a Betiana Turaglio que hacía del 2000, de aquel carnaval que se desarrolló al frente de la municipalidad, calle San Martín, que esperaba entregar el mandato.
Sin embargo, el dato más sobresaliente en el tiempo se lo llevaría la presentación de “Mitakumbae”, una comparsa local que encomendó el ex intendente a Silvia Centeno. La tarea no era nada sencilla, porque había que comenzar todo de cero, los trajes, generar la confianza en la gente, armar la batucada y salir a la calle, incluso uno recuerda que otra comparsa nacería de los barrios, la dirigida por el joven Iván Bruno y María José Gottero, que incluyó un momento romántico en un carnaval, con propuesta de casamiento en vivo.
Silvia siguió contra viento y mareas, sabiendo que en el camino podían generarse un montón de diferencias, es que se equivocan los que hacen, es humano reconocer que en la continuidad de los proyectos siempre hay y habrá diferencias, pero como dicen esas frases comunes, al final del día nos tenemos que ver en casa y eso volvió a ocurrir en este 2023.
Antes de arrancar el carnaval de este año, Silvia comunicó su decisión de no seguir, “quiero agradecer a todos los que me acompañaron en estos años, trabajando en esto, haciendo los trajes, fui muy feliz, capaz sea exagerada pero medio pueblo pasó por la comparsa, es la comparsa del pueblo, estoy dejando yo y le dejo el paso a Jesica (Bagliengo, su nieta), me voy cosechando muchas amistades, sobre todo en los niños que a mí me respetaron siempre y eso es lo que me llevo”.
Silvia - “Creo que alguna vez tuve como 160 personas bailando en la comparsa, acá tengo casi todos nuevos de vuelta, son pocos los que continúan por el tema de estudios y de la vida que se van del pueblo. Hemos salido fuera del pueblo, Tío Pujio, Dalmacio Vélez, La Laguna, Colonia Marina, El Arañado, Arroyo Algodón, por decir algunos lugares, muy agradecidos por cómo nos trataron”.
Jésica Bagliengo - “Cuando ella dijo que quería dejar no quisimos saber nada, pero la entendimos porque es mucha responsabilidad y compromiso, le dimos una mano con el ensayo y vamos a tratar de seguir, no va a ser lo mismo, porque la Silvia es la Silvia, yo creo que estos años de pandemia pegaron duro, uno lo lleva en la sangre y decís no puede ser que se termine, alguien lo tenía que agarrar, pero quiero que se siga lo que ella ha generado”.
Jésica – “Fue muy bueno este año lo de la capacitación con la gente de La Francia, ellos tienen un estilo brasilero que nosotros no lo podíamos sacar porque si, no fue fácil, nosotros éramos un poco toca un poco vos y seguí vos, entonces este taller nos abrió mucho la posibilidad de aprender”.
Silvia se despidió de la mejor manera, bailando con su gente, la batucada sonó a la perfección con la ayuda final de Marianito Mieres de La Playosa, el orquestaba a muchos pibes que demostraron muchas ganas, las bailarinas guiadas por Jésica, de todas las edades, nuevamente, se sintió como la vestimenta que utilizaron, es mundial que la comparsa del pueblo sume desde donde sea en el carnaval.
Abrazo a Silvia y, sobre todo, mucha fuerza a Jésica en la continuidad.
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